Fecha
2013Autor
Editorial
International Strategy for Disaster Risk Reduction - UNISDR
Idioma
es
Tipo de documento
Informe técnico
Palabras clave
Colecciones
- Informes [55]
Metadatos
Mostrar el registro completo del ítem"Contribución al análisis de riesgos en el sector rural: El caso de Colombia y la ""Ola invernal"""
Resumen
El impacto de diverso tipo de eventos sobre el sector rural y la actividad agropecuaria ha venido siendo subvalorado, al menos en Colombia, en los últimos tiempos. No solo se ha llegado a afirmar que los desastres tienden a ser cada vez más urbanos y a concentrarse en grandes y medianas ciudades, lo cual no parece tener una sustentación empírica clara, sino que el impacto rural aparece como secundario y muchas veces fantasma frente a las presuntas grandes cifras de daños urbanos y las pequeñas de los daños rurales. Esto proviene en parte de un enfoque que relaciona concentración poblacional con riesgo (entre más población y viviendas concentradas más posibilidades de daño) que puede ser válida para un cierto tipo de eventos (sismos) pero no para otros (inundaciones, deslizamientos), y a una muy generalizada incomprensión de lo rural y de sus relaciones con el conjunto de la sociedad. Tiende a pensarse que como algunos datos poblacionales señalan que solo un 22% de la población colombiana es rural, entonces todos los problemas más importantes son urbanos. Igualmente se supone que los daños en la producción agropecuaria (sector productivo) son iguales a los daños rurales (territorio con un cierto tipo de relaciones económicas, sociales, políticas y culturales). Por tanto no se contabilizan separadamente o se subvaloran los datos de pérdidas rurales diferentes a los de la producción directa y menos aún se señalan los impactos y repercusiones que tienen daños para el conjunto de la sociedad (seguridad alimentaria, costo de la vida, dependencia cada vez mayor de la importación de alimentos, por ejemplo). Otro elemento que influye en esta situación es la ausencia de datos cuantitativos sobre pérdidas rurales, especialmente en la casi totalidad de bases de datos existentes sobre pérdidas, o el hecho de que dichos datos no sean creíbles o estén incompletos . Pero evidentemente el hecho de que no existan datos no significa que las pérdidas no ocurran, o que no sean importantes o que no tengan sus repercusiones. Es un problema para los que consideran que solo lo medible cuantitativamente existe, pero no para quienes piensan que el problema no es el dato en sí (aunque este ayude) sino la interpretación y valoración de los hechos, que siempre es más que un simple dato o selección de ellos. La llamada ola invernal en Colombia 2010-2011 pone en evidencia la importancia de las pérdidas en el sector rural y su encadenamiento con efectos indirectos pero reales sobre el conjunto de la economía y de la sociedad. Muestra que en el tipo de eventos que se contemplan (inundaciones, deslizamientos, vendavales) las pérdidas rurales son significativas en si mismas y por sus efectos encadenados. Pero además permite mostrar que este tipo de eventos, que son los más comunes y recurrentes en nuestro territorio, se relacionan claramente con la forma como se ha ocupado el territorio y se da el uso del suelo rural en el país. También muestra, que hablar de una tendencia a que los daños sean cada vez más urbanos desconoce no solo la significación de lo real sino los patrones de afectación de cierto tipo de eventos, como los ya señalados. Lo anterior no significa que lo urbano no sea importante. Se trata de un llamado de atención sobre lo significativo de lo rural hasta ahora más o menos invisibilizado en diversos análisis y enfoques sobre el riesgo y su gestión. Pero adicionalmente a los impactos coyunturales de la ola invernal también contribuye a esta reflexión el desarrollo del análisis del sector rural y los nuevos enfoques que al respecto se han desarrollado en América Latina y uno de cuyas expresiones más recientes es el Informe Nacional de Desarrollo Humano para Colombia de 2011 ( Colombia Rural: Razones para la Esperanza ). Este artículo intenta entonces presentar una reinterpretación del significado e importancia de las pérdidas rurales a la luz de una nueva visión de lo rural, ilustrando el caso con los datos e información existentes sobre el impacto de la llamada ola invernal 2010-2011.